Los profesionales técnicos registran menores tasas de desempleo y de trabajo informal.
Según un informe del Banco Mundial, los tres países latinoamericanos con mayor proporción de estudiantes matriculados en carreras técnicas eran Colombia (31%), Perú (25%) y Chile (24%). Dicha organización estimaba que, antes de la pandemia, el promedio de estudiantes técnicos era de 9% en los países de América Latina y el Caribe, muy por debajo de otras regiones en el mundo como Asia Oriental y Pacífico (34%), América del Norte (30%), África subsahariana (21%), Europa (18%) y Asia Central (18).
Pese a que en los últimos 20 años la cantidad de estudiantes técnicos y universitarios se ha duplicado hasta alcanzar los 235 millones de alumnos en todo el mundo según estimaciones de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), los especialistas concuerdan en que la pandemia ha ralentizado el crecimiento sostenido y tendrá un impacto significativo en un futuro próximo. Este panorama representará un reto para el sector educativo.
“Hoy en día, la UNESCO calcula que existen 244 millones de niños y jóvenes sin escolarizar o que 60% son incapaces de leer y comprender un texto sencillo a la edad de diez años. Ello implica que, desde el sector de educación superior, tendremos un reto bastante importante para recuperar el nivel educativo de la siguiente generación de profesionales”, sostuvo Silvana de los Heros, gerente de Comunicaciones e Imagen Institucional de inLearning Institutos.
En Latinoamérica, las carreras técnicas generalmente tienen una duración de dos o tres años y están enfocadas en que los egresados se inserten rápidamente en el mercado laboral y con salarios competitivos. Según un informe del Banco Mundial, los profesionales técnicos ganaban hasta un 60% más que los egresados de secundaria sin educación superior y un 25% más que quienes no culminaron una carrera universitaria. Asimismo, registraron menores tasas de desempleo y de trabajo informal.